martes, 16 de diciembre de 2008

Imperial, como la vida misma.

Este fin de semana he tenido la oportunidad de jugar a uno de los juegos de mesa que más interés había despertado en mí en los últimos tiempos. Se trata de Imperial, un juego de estrategia en el que no importa que los países lo hagan bien o mal sino que saques tajada de todo ello.


En este juego los jugadores controlan distintos imperios. Digo bien porque no juegan como esos imperios, sino que a base de inversiones en los imperios los jugadores obtienen el control sobre los mismos o participaciones a las que pueden sacar rendimiento. Esta es la principal novedad del juego, pues los jugadores no ostentan fichas propias sino que utilizan las fichas de los imperios que controlan siendo el inversor mayoritario. Estas fichas pueden ir cambiando de manos durante la partida (¡Incluso puede haber momentos en los que no controles ningún imperio!). Una mecánica muy interesante y diferente.

Los seis imperios representados en el juego son el Imperio austrohúngaro, el Imperio Británico, el Imperio Ruso, el Reino de Italia, el Reich alemán y la República francesa. Está ambientado en la Europa Imperial, en las postrimerías del siglo XIX y comienzos del siglo XX.

El juego consiste, a grandes rasgos, en construir fábricas, producir barcos y cañones, mover estos y conquistar territorios (fuera de los imperios) y mares. Además, los jugadores podrán invertir en los distintos países siguiendo determinadas reglas y hacer que los imperios repartan dividendos entre los distintos inversores y se paguen los impuestos del impeiro. Esta última acción nos dará el valor real y la prosperidad del mismo.

De este modo, a la vez que los imperios compiten por ser el más próspero, los jugadores luchan por ostentar el mayor número de participaciones (poder) en dichos imperios. Así, el jugador que al final de la partida cuyas participaciones valgan más será el vencedor.

Al final, tras haber arruinado un par de Imperios (La France y el Imperio Ruso) conseguí llevarme la victoria. Tenía participaciones en cuatro de los seis imperios, siendo una buena cantidad de ellas de los imperios que acabaron siendo más importantes: Imperio Británico y Austrohúngaro.

Un juego muy recomendable, del diseñador Mac Gerdts. Unas dos horas de juego y una dificultad media, una vez que se ha entendido la mecánica.

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